( Esto No es un Blog, es una Revista Cultural - Se Edita por este Medio porque aún No Consigue Financiación para ser Lanzada en Papel )

domingo, 11 de abril de 2010

La Costa Impropia


un tercio

hacia la luna


el resto

el momento


la bisagra no permeable


la demora?


la posibilidad oriente

en la costa impropia


más abajo

ya no fluye


sube la otra mano

sobre los deseos-lagos


sobre

la frente

de la diana interna


Gabriela Bruckner

viernes, 9 de abril de 2010

Triste como un Zeppelin


Ayer estoy triste

Triste de manera universal
Y también de manera específica

Triste como un Zeppelín que se deshincha
Peor todavía: como uno que remonta hacia Suiza cargado de niños

Me siento bello, moderno, fuerte. Y solo

Me he afeitado. Mis pómulos brillan cual cabeza asiria

De seguro la-loca-por-mí está con la pierna escayolada en un nosocomio

Ha de ser por eso que no suena el teléfono del sótano


Soy un pelagatos. Que sí
Que no me cabe otro apelativo
Qué otro andaría en plena rada con una armónica de pulgarcito en la bolsa

Ni siquiera un criptozoólogo desdentado

Un caminavías, eso es lo que soy. Y encima, desempleado

Por eso nadie me viene a buscar con un ramo, o una caja de jabones

Si no cojo mi Titanic a la salida del Bingo me suicidaré, palabra de campeón de mancha venenosa

Me suicidaré con una pastilla geopolítica, o con un secador de pelo




Pero mi cuerpo es inmediato y necesita inmediatamente estar contigo en un hotel de mil oros, o en un concierto de Bon Jovi

Eso

Precisaría cubiertos finos. Vajilla cinco-luceros. Pianos blancos
Y una barra sembrada de vasos verdes con cogote de jirafa

Te precisaría

Mis poemas enormes como bisontes me dan miedo hoy
Me dan lágrimas de amor, que es miedo

Siento que mi cuerpo se cae por un reloj de sol
Qué horror que se le marchiten así, inútilmente, los mejores vellos

Quizás estoy al otro lado de un accidente de motocicleta. Como un vidrio azul arrojado en la brea

Quizás me ha salvado el gato tuerto de un museo de cera, y como duermo, aún no lo sé



Me has dicho que el pelo te huele a mandarinas, que se te rompió el cerebro del amor, o que rompiste a un hada con un picahielos. Algo como ésto

Y eso me daña. Me daña porque es hermoso dicho así

Me has dicho que te encierras a ver una película con una caja —supongo de chocolates
Que la miras cuadro a cuadro para pillarle su Dios

Ciertamente has hablado como una sirena. Te lo agradezco

Pero ahora estoy triste
Y mañana

Y siempre




Hasta cuando doy la carcajada de Nathán Pinzón estoy triste



Rafael Teicher

jueves, 1 de abril de 2010

Mucho en Otro


luzco un beso

que

se

a-rras-tra


pero claramente

pero no


soy algún mantel vencido

donde se rotula el día


poco abiertamente

pero sí


soy yo

con tu abrazo liso


limitadamente

obesa de palabra


mucho en otro


pero yo


Gabriela Bruckner