- a Alejandra Pizarnik
¿Dónde queda el muro que divorcia el hueso vivo de los huesos negros?
¿Cela en la piel?
¿Qué son un fémur o una tibia sino un montón de transparencia?
¿Cómo gritarle al vidrio para que se levante en flor?
¿Dónde abrazar?
Ni moliendo a palos a las onomatopeyas alcanzaremos la luz
Alejandra que haces volutas chinas con tu empeine,
la de los cabellos videntes
dulce mascota del golpe:
Solo me resta desearte que tu ombligo continúe tan nocturno y prometido como siempre, y que, poquito a poco, vaya brotando y escalando desde él una zarza sin dueño
Rafael Teicher