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viernes, 25 de septiembre de 2009

Vente


Vente toda escrita como un labio
Vente en jeroglíficos mojados

Vente en sexo del viento, a magnetismos

Vente a jangadas, a muérdagos gigantes

Y vente a lunas

Ábreme los huesos como páginas
Ábreme la puerta renegrida del orgasmo


Te dejo venir como un molino
A muslos eléctricos, a relinchos

Tempestad de la palabra, vente.


Si te vienes estás más viva que el arado

Si te vienes las iglesias resplandecen como la cara de un idiota

Vente sin miramientos, sin parasol

Vente como la lengua del niño
Que manen tus relojes en mi olfato

Que manen

Mansa procesión de la seda
Vente en hilos interiores

Sé libre como el tiro

Entrégate como la médula del oro
Date como la decisión de los cabellos


Desahógate como un bouquet de lluvia

Enciérrame en la parusía de tu pelo
Sé mía como las islas

Sé del precipicio como las garras
Sé pura como la multitud de la campana

Los magistrados duermen como salchichas en el plato
No hay medida en la garganta, ni árboles

terminó el mundo

Vente entonces a hurtadillas por los tubos
Deságuate en el cuerpo de mi beso

No seas sólida como la niebla, sé aerostática

Te deseo con el espanto del grifo
Te preciso como a un anfiteatro
Como a la gotera de la cigüeña

Conviértete completa en una mano
Tráete en manojos de roturas hidratantes

Vente como miga de llanto

Te dejo venirte como un avión de primavera


Rafael Teicher

Cascada II


Como si tuviera diez almas sosteniendo el grito

Como si las pupilas del cansancio se abrieran lentas

Como si la plenitud de colores no fuera una

Tan espiritual en la eterna madeja

Tan profunda en el verde silencio

Tan poética y fantasmal entre mis pieles

Así

Tan así como mis cejas blandas

Tan como la luz, tan como el rocío

Tanto como el agua

Como el agua perfilando abriles

Como yo en la cascada sonriente de la noche triste


Gabriela Bruckner