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martes, 2 de marzo de 2010

Salto de Brazos


Los brazos de Gabriela encallan en las camisas como cilindros de humo, blanqueándolas

Se diría que son costuras o predicamentos. Son raspaduras de cáscara de huevo, propósitos

Da gusto verlos continuándose, invencibles

Quizás no tienen ejes óseos, sino que llevan silbidos por dentro, a modo de estacas. Han de ser fuselajes de aeromodelismo, confines

El problema de los brazos de Gabriela es que no abrazan, tampoco inundan. Realmente son brazos tramados, repiques. Complican más que embolsan. Son brazos sumados, convergencias

Ella no aprieta con los brazos, ella conjuga

A veces me pide que le convenza los brazos, que los impida. Son brazos peregrinos, le contesto, no se puede hacer

Han de ser palabras en voz baja, solfeos

A mí me gusta cruzarme un brazo de Gabriela por el torso como si fuese una cicatriz o una banda presidencial, son brazos que confieren, amor, le digo

Estoy seguro que sus brazos no duermen, sobre la almohada parecen peces inventores, empresarios

Nunca he visto que sus brazos tengan comienzos, son prórrogas

Si tuviese que compararlos diría que son antojos de paracaidista, o baladas

Son pespuntes, incremento, bolsillos ventosos, bienestar

Y sus brazos son calcos, manías, sombras de mariposas, itinerarios. Son salvoconductos, dinteles, lonjas

Hete aquí que he encontrado la causa de tus brazos, le digo, son sueños de la arena

Aunque los pongas a trasluz, no podrás verles las venillas, son homogéneos como barras de hielo, vacíos

Y esa es la virtud trascendente de tus brazos, amor, que son saltos


Rafael Teicher

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