si desanudan las olas
si en la morada llueve a manos
si cercanamente somos
si nos habitamos y el silencio
es porque ya
no se ciegan tobillos
los delgados pinceles de otrora
acompasan el camino-barro
se abre la esquina
se abren los nombres y las ofrendas
(se abandonan)
muy dentro se esmera la luna
cuando deshabita ausencias
cuando nos resume vida
colorearla de un recién brumoso
o permanecerla
o tan sólo consumirla
o tan sólo
dejarla ser
tres ojos respirándose lentos
Gabriela Bruckner
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