con el prolapso sucesivo de la era
se nos fueron desmayando los aires
como si todos los huesos estuvieran tatuados
en la cara de un globo
que algo abate
que algo abate
se confundió lo provechoso
hasta que devino
en labio
en labio
ya no hay contra qué empujar los hombros:
todo es corto,
y lácteo
la poca luz respiratoria ha promulgado
una limpieza incesante
lo turbio se troceó
en polivalente
entre el agua y la piel
se yergue un muro escrito
nada topa, nos hurtamos solidariamente
sobre un cerebro de pluma
consolidando una hélice invisible
el dorado desierto se nos cayó de los párpados
como una venda seca
hasta la sombra se ha puesto sapiencial
y no cavila los orillos
el mal va de blanco
hacia una fuente
los golpes no prosperan,
son alados
a veces creo que las venas
se han plisado cascadas de esperar a la sangre
y la muerte dejó de dividir
a los espejos
ahora caemos de perfil hacia la altura
abarrotados como olimpos
lo alterno se nos espesa
en el canto
del entrecejo
en el canto
del entrecejo
si hasta los dientes no alcanzan
a morder con más fuerza que una nube
Rafael Teicher
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