Como tu cuerpo, que siendo arena recogida con pelo de caballo bajo un álamo, se parece a la luna y tiene olor a barro en los sobacos
Los silencios son difusos como las huellas, amarillos y pálidos como el cine chino previo a la guerra
Misteriosamente sentada al borde del pozo todo blanco, tienes el misterio de la rosa en lo negro de las manos
El sexo es ruido de castillos que se hunden duramente, trampa del vuelo de la hoja del naranjo
Al final de la noche los apagones merman, estallan los timbres secos como lenguas verdes de lagarto
En la piscina tiembla la blancura de un cuerpo, llegamos a los tumbos como un dado al fin de algo
Que le aproveche al polvo
Rafael Teicher
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