cabe en la ranura masticada y boreal del canto de la moneda
o en la esponja que se despereza
a la vera del jabón
enamorado
cabe en la trama de la hoja
que entra de cabeza en el otoño,
y en el jardín de una gota
de mar
nadie le ha dicho que sus lozanas ambiciones,
acabarán dejando a la concienzuda
biblioteca del cartógrafo,
habitada solamente
por las moscas
Texto: Rafael Teicher
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